Cultivar la igualdad parece a veces un valor perdido. Sobre todo desde un mundo donde es mejor una belleza exterior que la paciencia de conocer a alguien; donde es más fácil juzgar que comprender al otro; o donde es más sencillo ser hipócrita que detenerse a empatizar con la otra persona. Pero si hay alguien capaz de no callar pensamientos ni dejar de lado la honestidad esos son los niños. Su inocencia y su dulzura, su nerviosismo y su emoción, su descaro e incomprensión hacen que quede marcada esa ingenuidad, esa ilusión, esa forma sencilla de ver el mundo a través de una mirada limpia.
Hoy os dejo un corto de animación titulado «Cuerdas» y que ha sido el galardonado como el mejor corto de animación en los Goyas de 2014. Se trata de un canto a personas con valores, ajenas a rechazar lo extraño y muestra esa naturalidad que esperamos que tengan todas las personas, no sólo los niños….esa aceptación y no discriminación que nos pone contra las cuerdas por el mero hecho de ser tan sólo un poquito diferente.
Su autor, Pedro Solís García, ya había sido premiado en 2011 por la Academia del Cine Español por otro cortometraje de animación «La Bruxa», un corto sin diálogos, que desde otra perspectiva, quiere reflejar el valor de la amistad .